Olor a Flores Exóticas: Capítulo 3

*Narra Rou*
Peter sólo apartaba los ojos de la carretera para mirarme, ojala tuviera algún objeto punzante para sacárselos. Fuimos los últimos invitados en salir en dirección a la fiesta porque tardó mucho en ir a por el coche y ahora iba a solas con él, sin protección.



-Rocío, ¿te he dicho ya que estas muy buena con ese vestido?- dice con una engreída sonrisa en la cara.
Giro la cabeza para mirar por la ventanilla ignorando lo que ha dicho. Él suelta una gran carcajada que me pone los pelos de punta.
-No apartes los ojos de la carretera, no quiero tener un accidente.
-Si es que me distraes, no puedo apartar los ojos de ti Rocío.-dice con esa sonrisa de antes tan repelente.
Antes de que conteste el coche empieza a hacer ruidos raros y poco a poco se va parando hasta que nos quedamos en mitad de una carretera de ninguna parte al lado del único árbol de los alrededores.
Peter sale del coche y levanta el capo de donde sale una espesa nube gris, pone cara de preocupación, al parecer no tiene arreglo. ¡JA! Se lo tiene merecido, espera un momento.¡NO! Yo no quiero quedarme en mitad de ninguna parte junto a él. Mientras él sigue observando el interior del coche yo salgo del coche y me acerco.
-Dejame tu móvil, no traigo el mío.-le pido inocentemente.
Sin mirarme, Peter saca su móvil del bolsillo y lo extiende hacia mí, lo cojo y vuelvo a sentar en el coche.¿A quién podría llamar?

*Narra Marina*
Llevabamos 10 minutos de viaje pero a mí se me habían hecho tan largos como 2 horas. En la parte de atrás del coche iban tres niñatos de 16 años, ellos y Sam llevaban todo el recorrido haciendo una batalla de beat box. ¡Eran pésimos!
-¿Os creeis guay por hacer eso? -les digo.
-Pobrecita, Mar I Na se ha enfadado porque no le hago caso.- contesta Sam.
-Perdona, ¿cómo coño me has llamado? Para ti Marina Morales, no tienes derecho ni para llamarme solo Marina.
Todos los ocupantes del coche se ríen menos yo. Ni puta gracia.
-¿Seréis capaces de pasar el resto del camino en silencio?

*Narra Lydia*
-¿Adam ya te ha hecho lo de decir que hace calor para quitarse la camiseta para que veas los "abdominales"?-dijo Mike en español con un adorable acento ingles. Mike era un primo de 15 años de Matt. Mike y yo vamos en el asiento trasero del coche mientras Adam conduce, claramente molesto porque no se entera de nuestra conversación.
-No, pero si que me ha dicho que debería ir a su gimnasio a verlo levantar peso.
Ambos estallamos en carcajadas y Adam produce un gruñido, se está enfadando, lo que hace que me ría más.
Mike era rubio, con flequillo Bieber y ojos azules. Su corbata asoma por el bolsillo de su chaqueta negra abierta a juego con sus pantalones. Debajo de la chaqueta lleva una blusa azul como sus ojos y un estampado muy leve. Mike, a diferencia de los demás miembros de esta familia que conozco, es simpático y gracioso.
-Lydia, antes de que os volváis a España podríais veniros al parque de skate.
-Por supuesto.